lunes, agosto 28, 2006

Polilla

No se sabe aún de donde salio, sus recuerdos de viejos y malos años ya no están en su mente, parece haber vivido años infinitos en el tiempo de sus pocos días, refugiada de callejones, parques y calles. Ocupa el sitio donde los ojos no buscan miradas, vive en medio de todos pero no es nadie, nadie para el hombre, ni para la sociedad, es en resumen un espacio ocupado en el planeta, que los demás hombres, parece, prefieren ignorar.

Su familia son ellos, los otros fantasmas de este mundo, hombres y mujeres sin nombre, historia o rostro, seres perdidos de sus vidas, buscando silencio y paz en su pobreza, ocultos en sus mentes, solo reflejan desprecio, en su olor, color y aspecto. No saben del mundo, aunque viven en el, creen en su existencia solo por que todavía sienten su hambre, su frío, su sed; subsisten hurtando su vida y vicios, por que la ciudad los ha matado con indiferencia y miedo, por que son algo que no entienden y desprecian.

Ella es “la Yeny”, como ella lo dice, por que así les pareció a todos y a ella también le gusta, ¿Apellido?, ya no existe, ninguno del grupo dice recordar haberlo tenido, algunos nacieron ahí y ahí siguen; son felices cuando hay algo para oler, y si no… bueno les toca vivir su pesadilla, ser polillas.

Son una manada y solo hay que respetar las leyes de esta para ser y estar conformes. Ella se integro fácilmente cuando llego, el trato y la vida dentro, siempre fue mejor que la de antes. La manada se preocupa por ella cuando esta mal, y le enseñaron a ganar sus monedas, ahora suele ser la que vigila cuando alguien roba, por que no sabe aún escapar bien y es muy nerviosa. Alguno siempre llega con comida o elixires cuando se necesita, en si, son su familia y fue allí donde Yeny encontró el cariño y lo que ella cree que es el amor.

Es una de las pocas chicas del grupo, fue desde hace años compañera de todos y ahora es mujer del Perro, el mayor y jefe, consentida por todos, su sonrisa alegra al grupo, es la más regordeta por que nunca le hacen faltar comida, y mucho menos desde hace algunos meses, cuando su hambre aumentó en preludio de la panza que pronto también lo haría.

Fue entonces cuando resucito entre los hombres, pues don Pedro, un hombre mayor dueño de una Óptica se fijo en esa niña que a veces dormía en la puerta de su tienda y a la que noto con una panza propia de mujer embarazada. Así, junto a doña Juana, su esposa, la ayudaron, un baño, las sobras de casa y alguna que otra golosina, fueron piezas fundamentales para atraer de nuevo a esa bestia hacia la gente, bestia joven cedió fácilmente a ese poco cariño que nunca antes había conocido y se arrimo a esos seres que le enseñaron lo que era una casa “bien”.

Los viejos, como ella les dice, le quisieron enseñar sobre lo que le pasaba a su cuerpo, pero la Negra, una de las chicas mayores, que solía perderse en las noches y volver pintada y con unos pesos al día siguiente, ya le había dicho todo lo que ella necesitaba saber, aún así escucho como quien atiende, pues escuchar equivalía a atenciones y ella realmente disfrutaba de ello.

Luego llegaron las tentaciones, una cama y comida a cambio de ayudar un poco en casa, doña Juana, mujer con un hijo mayor en el extranjero, le dijo que ahí podría tener a su bebe y que ellos le ayudarían a cuidarlo. El golpe fue muy fuerte para su mente, esa tarde huyó de la casa sin dejar rastro, necesitaba considerar la opción con la manada, y sobretodo con Perro.

Se sorprendieron de verla limpia y con alguno de ropa “nueva”, les contó su día y empezaron las peleas, Perro le prohibió acercarse a esos viejos otra vez, ella quiso alegar algunas ventajas, y no tardo en ver a su Perro volverse en el rabioso, al que todos los demás temían. Ataco sin aviso destrozo a su presa en apenas instantes, respetuoso por la cría, ataco solo al rostro, donde descargó su furia, el primer respiro dio la pauta para que la presa huyera, con los ojos cerrándose a cada paso, entendió que solo había un lugar donde huir esta vez, donde los viejos.

La vida de Perro se podía resumir con una sola palabra, violencia, trabajaba en las calles desde niño lustrando zapatos, de bajos recursos nunca estuvo bien nutrido por lo que siempre fue bajito, por lo que no fue rara la ocasión para que otros chicos lo pegasen y robasen las monedas que hizo en el día, castigo doble, retornar sin dinero a casa implicaba otra golpiza, de su pseudo padre, el que nunca lo quiso por ser el error de su vida; la rabia con la que lo golpeaba casi a diario y muchas veces sin motivo, era su propia frustración de ser joven y tener que cargar con una mujer que embarazo y a la que fue obligado a aceptar como esposa.

La última vez que los vio fue un viernes, un amigo de su padre lo había visto jugando en los videojuegos ese día, él sin saberlo volvió a casa tranquilo y se acostó temprano, cansado. Despertado en medio sueño por un padre embravecido por los tragos, clamo disculpas mientras lo pateaban en el suelo, grito a su madre, pero ella se había escondido esperando no le llegara su turno, y fue entonces que entendió que estaba solo, y fue el dolor que sintió cuando le aplastaban esa mano maldita por jugar videojuegos, el que le dio el coraje de morder a su padre tan fuerte en la pierna que le arranco un pedazo, agresor sorprendido, no le dio oportunidad de que le devolviese el daño, huyo como lince y se perdió en la noche para siempre.

Fue desde entonces que no permitió que nadie lo tocara, guerrero por necesidad, no dudaba en usar sus dientes contra adversarios mayores, lo que le valió el nombre, reputación y respeto. No tardo en integrarse en un grupo y antes de cumplir sus diez ya era experto en la vida y la supervivencia.

Vivió algunos años en un correccional para niños de la calle, pero las reglas, reclamos y reprimendas, lo tenían aburrido, un fracaso amoroso fue luego la gota que lo hizo rebalsar, salio de paseo un día y nunca mas regreso. Busco a su gente, algunos ya no estaban pero que quedaban le dieron la bienvenida, cuando llego ahí estaba ella, verla fue como volver a vivir, pues su sonrisa y su alegría le habían devuelto la esperanza de soñar nuevamente.

Desde entonces el grupo cambio poco a poco, algunos encarcelados, otros en correccionales y otros que no aguantaron el invierno, los disminuyeron, aunque siempre tarde o temprano llegaba alguien nuevo. Cuando Rony fue atrapado y linchado en un robo, el tuvo que asumir el mando, en ese entonces eran doce, contando a tres chiquis que eran totalmente dependientes del resto, para entonces el y la Yeny, ya se buscaban y cuidaban mas entre si que con el resto, era a la única a quien el no gritaba, y ella era una madre intercediendo por todos cuando se necesitaba. En fin, todo entre ellos había sido y había mejorado mucho durante el tiempo, Para el era su vida, una joya invalorable hasta aquel día cuando ella conoció a los viejos.

Después de esa horrible tarde, Perro se sumió en su arrepentimiento, maldijo tres días su rabia, se castigo como pudo, como nadie mas podría hacerlo, no comió, no bebió nada durante ese tiempo, recostado, perdido en sus remordimientos, mordió sus labios hasta sangrar, solo por haberla insultado, ella era lo mas grande que había vivido en su vida, ni su madre lo había querido como ella, y le hizo lo que mas hubiera odiado hacerle.

El Pulgas, lo saco de su trance, lo obligo a beber y comer algo, a regañadientes pero con un hambre insoportable acepto, le contó que la habían seguido, que sabían donde estaba, que estaba bien y que no tenía nada grave. Lo colearon entre todos, y le devolvieron el animo, el sabía que no se perdonaría nunca lo ocurrido, pero tenía que seguir era el jefe y los chiquis no aguantarían sin el, el siempre fue el mejor robando, y ya la Negra se había perdido esa noche para que no faltará pan para todos.

Pasaron varias semanas, siempre había alguien viendo la casa donde estaba Yeny, aunque siempre los andaba botando el seguridad de la zona, se las ingeniaban para no dejar de ver por si algo pasaba, menos en ese tiempo cuando se esperaba que naciera el niño. Un día a las 3 de la mañana llego un taxi, y los dos viejos salieron con ella. Hacia frío esa noche, por lo que Perro vigilaba con Juan, estar solo en esa época del año es peligroso, por lo que siempre lo acompañaba alguien. Corrieron tras ellos, trataron de no perder detalle de la dirección que tomarían, pues no sabían en que hospital estarían. Viejos ricos, fueron al seguro social, pero no lo sabrían hasta el día siguiente, aunque Perro siempre estuvo seguro de que algo andaba mal.

Apetito voraz, le permitían comer 3 panes en el desayuno, sopa, segundo, otros tres panes con el té y si quedaba algo de comida en la noche, podía comerlo, los ancianos la trataron bien le dijeron que le ayudarían con su bebe, y mil otras cosas, no fueron al medico hasta que no se perdió el verde de su cara, y claro, por las apariencias.

Cuando llegó al medico, estuvo por primera vez en un hospital y vio a su hija moverse, para ella fue algo hermoso, pues vio que tenía una muñeca dentro del vientre. El abuelo volvió ese día preocupado, el y medico hablaron largo y con palabras raras, entendió que ella tomaba alcohol, colas y otros, durante el primer trimestre dijo, menciono que tenia iteses o algo así, que tenía que tomar medicamentos, que su cuerpo era de niña y que estaba gorda. Tuvo que estar sentada o recostada desde entonces, los viejos perdieron también su interés en ella, le daban todo, pero ya no le hablaban casi, y se sintió sola y triste como nunca, solo veía la tele todo el día, y extrañaba a todos los chicos y sus cariños.

Un día llegó el hijo de los abuelos, con sus nietos, no tardo mucho en estar todo el día en su cuarto, con un “tetris” en sus manos, le dieron primero un libro pero nunca supo que hacer con el, le dieron revistas pero se canso de ver las fotos, extrañaba su droga, para mitigar su aburrimiento, y en su cabeza solo pensaba en como estarían ellos allá afuera, su tristeza la consumió, y lloraba en las noches por horas, y una de esas noches lloro tan intensamente, que su cuerpo empezó el parto.

Faltaban 4 semanas, según lo que le habían dicho, llamo a los ancianos y rápidamente llamaron un taxi. Estaba asustada, le dolía, y mientras salía tuvo miedo, pues sintió que ya no se movía, llegó al hospital semiconsciente por el dolor, entro a cuartos llenos de luz, algunos pinchazos y luego nada.

Despertó entre camas y otros enfermos, le dolía todo, y estaba unida a un tubo de agua que le entraba al brazo, su cabeza estaba igual que después de mezclar cola y un soldado, se asustó, no tenía panza y empezó a gritar. Vino pronto un medico y dijo que le habían sacado su bebe, en una cirugía, que le habían cortado su vientre, que su cabeza estaba trancada y que el bebé era muy débil para aguantar tanto y se murió. Ella nunca lo entendería, exigió ver al bebé de inmediato, y se alteró tanto que solo sintió un pinchazo y volvió a dormir y soñar y dormir.

Cuando despertó, vio al abuelo, le contó el mismo cuento del doctor, y ella no le creyó, la habían dormido para robarle al hijo, todos le mentían, la habían cortado y le habían sacado a su hijo, se lo habían robado, y no querían dárselo, por que era una niña de la calle, se enojó, los maldijo, los hecho y se fueron, los mató en su mente, como con todo lo le lastimaba. Y estuvo otros dos días ahí llorando, cuando se iba el medico le hablo otras mil babosadas, de que no tendría mas hijos, que no podía estar con hombres, que había un lugar para ella donde podía estar mejor que en la calle, pero el enojo a aquel mentiroso que le había robado a su hija le dio la fuerza para arañarlo y patearlo, apenas estuvo lista.

Perro apareció cuando salía, más botada que otra cosa, perro fiel, volvió arrepentido y la vio igual a ella, se abrazaron de inmediato, un abrazo largo y dolido, dado con toda la fuerza de su amor y el perdón mas sincero, se besaron entre lágrimas, las que mezclaron su mugre con su limpieza, lo que le devolvió a ella parte su típica apariencia. Se contaron y lloraron por horas interminables, rumbo a casa el compro una muñeca –Lucy– la llamaron, su hija desde entonces, se terminaron de contar detalles y se prometieron al terminar de hacerlo, no volver ha hablar del tema nunca, y agarrados de la mano caminaron rumbo a “casa”.

La bienvenida fue hermosa, llena de abrazos y cariños por parte de todos, el Pulgas llego después, había sido un buen día, consiguió un celular de los nuevos y lo vendió a buen precio, trajo un festín de perroburguers, dos para cada uno y un buen suplemento de alcohol y la mejor cola, que tras la comilona, sirvieron para devolverlos a su mundo, su realidad…

“¡Estoy Feliz!,otra vez estoy en casa, he despertado por fin de otro capitulo de mi pesadilla, y es que en realidad yo soy una mujer rica, mi marido es un hombre bueno y trabajador, claro, tuvimos algunos problemas por el embarazo y por que estuve mal después del parto, pero ya ha pasado. Hemos tenido una hija, se llama Lucy es una niña hermosa, con buen peso y saludable… como me gustaría que estuvieran sus abuelos, se morían por conocerla, que pena que hayan muerto... Bueno pero lo importante es que volvieron todos los demás junto a mi, la Negra, el Juan, el Yosé, la Martina, el Pulgas, los Chiquis y mi Perro hermoso, que siempre esta ahí para mí y lo amo con toda mí alma. ¡Chicos!, volví a casa y prometo nunca más dejarla, ¡Perdón!, los extrañé mucho”.

"¡Etoy feliz!, la cachorra esta aquí otra vez, en casa, y juro nunca mas tocarla, sus ojos, su alegria, su sonrisa, me hacen creer que esto no es esto, que no estamos aca en la calle, que somos aún gente, que todavía tenemos esperanza fuera de esta mierda, como llenan los ojos al alma de todos, parece que fuera rica, una reina, la reina de esta manada, mi reina. Te amo, te extrañe muchisimo y ya nunca mas me separaré de ti."



*Polilla = (Bolivia.) Niños o adolescentes que viven en la calle y suelen inhalar pegamentos, colas o sustancias con solventes fuertes como una droga.
*Colear = (Bolivia) v. Acción de inhalar cola, pegamentos u otras sustancias con solventes fuertes como droga.
*Colo = (Bolivia) Adj. Persona que usa cola, pegamentos o solventes como droga. Atribuido también a otro tipo de personas adictas.

miércoles, agosto 02, 2006

Angel


Soy… ¡Bueno!, no importa, y es triste pensar así, y la verdad no es que no importe, que no quiera saber quien soy, sino que muchas veces ya no lo recuerdo, vagamente recuerdo lo que soy, ahora vivo encerrado en un cuarto que yo mismo no reconozco como mío, mi cama, la que yo recuerdo como sombra vaga, es un camarote que compartía con mi hermano mayor, evidentemente mi memoria es antigua, pues cada vez que pregunto por él me dicen que murió joven hace mucho, mucho es lo que me dicen y en verdad es muy poco lo que recuerdo, veo mis manos, son manos de viejo, y no se como, ni cuando, más de 40 años de recuerdos se desvanecieron con mi vida.

Marta (lo tengo escrito en mi libreta) es la anciana que vive en el cuarto del lado y me llama Ángel mi amor, me recuerda a una tía, amiga de mamá, que llegaba con dulces y regalos siempre que visitaba la casa, pero dudo mucho que sean la misma, y asumo que Marta es algo muy especial para mi, ella es la que mas me cuida a pesar de ser apenas un poco mas joven que yo, siempre se acerca y me dice que necesita su Ángel, me roba un beso y muchas veces me sorprende por que ni siquiera la reconozco cuando lo hace, claro que cuando la veo a los ojos, se que conozco esa mirada, se que ellos me cuentan que los he amado durante muchos años y que siempre los amaré.

En casa viven también Rocío, Samy y Raúl (repito estos nombres muchas veces para poder recordarlo), Roció según mi libreta es mi hija, y Samy mi nieta, las reconozco aún por que pegue sus nombres y fotos en la pared de mi cuarto, ahí también esta la imagen Raúl, papá de Samy y de Enrique mi hijo, aunque cuando lo veo creo que se trata de Pedro mi hermano mayor, tiene su edad, bueno mas o menos la edad de la última vez que lo vi.

Mi libreta me cuenta mi vida, y es una novela interminable, pues cada vez que la termino de leerla, la reencuentro de nuevo a los dos días y la releo como si nunca lo hubiera hecho, y en realidad la última nota que tiene en la última pagina dice: “¿Recuerdas el principio de esta historia?”, y como la respuesta suele ser mas veces no, vuelvo a empezarla para darme cuenta que lo único que busco es ser otra vez yo, darme cuenta que he existido, que he amado, que he tenido una vida, y que no soy este espacio blanco e infinito donde ahora se encuentra mi mente.

En realidad mi historia me cuenta que yo nunca he sabido realmente quien soy, cuenta que nací en una noche de abril, de una mujer que fue asistida por un hombre que pasaba y la vio ser robada y herida gravemente por una pandilla, ella no reaccionó en ningún momento después de esto, y todas sus cosas quedaron perdidas, los médicos solo atinaron a sacarle el hijo antes que muriera, y aunque su descripción y sus datos fueron publicados en prensa, nunca nadie se presento ni por ella, ni por mi.

Los médicos y enfermeras me llamaron Ángel, por que nací sonriente y por que ese carácter jovial y alegre lo mantuve todo el tiempo, recibí el apellido de Bueno por que una de las monjas que nos cuidaba me apodo “el bueno”, por ser el bebé menos fastidioso de todos. La hermana Lucia, fue mi primera madre, de paciencia y cuidados constantes, nunca nos dejo quererla, y nos hizo creer que el corazón era para endurarlo, por que ya no había amor en este mundo.

Fui adoptado a los 8, junto con Pedro de 12, uno de mis mejores amigos, por una pareja mayor que no podía tener hijos, y que por su edad prefirió niños grandes, fuimos muy felices con ellos, viajamos mucho, papá era gerente retirado de una gran empresa y junto con mamá pasaban todo el tiempo que podía con nosotros, fueron hermosos los 10 años que duró, pero mamá se enfermo con cáncer y se fue primero, Pedro y papá pelearon echándose la culpa, Pedro se fue, después de ese día solo volví a verlo una vez más, antes de saber, que no pudo endurar su alma, como nos lo pidió la hermana Lucía y se rindió con un disparo. Papá se deprimió mucho por ambos, murió dos meses después consumido por la pena.

Busque al resto de la “familia”, y me cerraron las puertas, hicieron desaparecer el testamento, y dijeron que nunca fue legitima mi adopción y que no había espacio para un bastardo entre ellos, me echaron como a un perro, insinuaron que había matado a mi padre y desaparecieron todo indicio de mi en sus vidas, me quitaron todo, nunca pertenecí a ellos, y es que realmente éramos solo los cuatro, y en tres meses de cuatro quede solo yo. Y así retorné a mi viejo nombre, con el alma herida y creyendo que esos 10 años habían sido solo una ilusión.

Vague durante años entre calles, pocilgas y trabajos, vi y sufrí mucho, y aunque agradaba a la gente por mi carácter, en mi miedo por amar y perder, seguí siempre el consejo de Lucía, y nunca forje lazos de amistad o cariño entre los seres que me rodeaban. Huía al día siguiente de encontrar un cuerpo que me amara, huía si una mujer me buscaba, huía si un “amigo” dejaba un recado, huía de la soledad queriendo estar solo, y huía de mi mismo, de mis recuerdos, por que me sentía ser nadie, nada, y pedí nunca recordar nada de lo que había hecho.

Y ahora que trato de recordar esos tiempos, siento que al fin lo logre, rara es la vez que recuerdo algo de esa época, hubo tantos rostros, tantas historias, que me parece se necesitarían varias vidas para haberlas vivido, pero se fueron, lo malo es que junto con los malos recuerdos, se perdieron también todos los buenos, claro que algunos los guardo ahora en mis notas.

Mi libreta me cuenta, que Marta apareció como una sombra en mis huidas, sin darme cuenta estaba ahí, en cada lugar donde yo decidía volver a empezar, el tercer encuentro con ella basto para que la encarará, le reclame por que me seguía, y me tope con la tristeza en su mirada, era otro perro vagabundo al igual que yo, huía de un padrastro y hermanastro violadores, de una madre débil e incapaz, una paloma herida y triste que me enseño del amor de dos y la esperanza de los sueños mientras yo curaba sus penas y le devolvía la alegría a su mirar. Cómplices desde entonces huimos del mundo por el mundo, lo único que realmente importaba en esa época era el verse lado a lado cada madrugada, y saber que estaríamos juntos siempre.

Recordando en estas líneas cientos de recuerdos maravillosos que viví con ella, salí corriendo una mañana en su búsqueda, grité Marta por toda la casa, y me derrumbe en un mar de lágrimas minutos después, cuando Samy me recordara, que eran ya 6 los días desde que la habíamos enterrado. La tristeza mayor radica en no recordar si me despedí o no, si pude recordarle cerca a su muerte que la amaba y que era lo que más había querido en mi vida. Rocío me dijo que yo guarde la nota que me dejo, pero no se donde esta, y solo se que he escrito muerta junto a su nombre en la libreta, y que sigo llorando cada vez que lo leo.

Rocío, mi razón y vida, su anuncio y llegada, fue el pisar tierra para los dos, que hermosas épocas, verla recién nacida, entender el milagro de haberla hecho juntos, con la mujer que tanto amaba, verla crecer, no hacerle faltar nunca nada, cuidarla en sus noches enferma, es el amor mas puro, el fruto del amor de dos, mi hija. Luego Enrique fue el complemento, nació años después, ya había casa y un futuro concreto, ambos trabajábamos por y para ellos, pudimos darles la paz y el amor que yo conocí 10 años, y ella, Marta, nunca hasta entonces, y aunque no recuerdo exactamente, se que fue mucho el tiempo que vivimos felices los cuatro.

Pedro (Enrique, perdón), me llevo hoy a conocer su departamento nuevo, arquitecto, se mudo a un edificio cerca de casa para ayudar conmigo ahora que no esta mamá, me sorprendí mucho al ver la ciudad, no reconocí los cerros ni edificios cercanos que se ven por las ventanas, no conozco la ciudad donde viví por décadas, es otro universo la calle, me hace sentir mas viejo y la tristeza aumenta, peor aún por no saber de donde viene, me consume.

Repaso la libreta más seguido últimamente, hay momentos en los que incluso no recuerdo ni que quieren decir las palabras ahí escritas, mis recuerdos están ahí y no puedo ni leerlos, Samy o Rocío me la leen de vez en cuando, se les nota que se la saben de memoria y me da pena por ellas. Realmente estoy peor, ayer rompí el espejo de mi baño al defenderme de mi imagen que no reconocí, y el otro día dicen que llame a la policía por confundir a mi yerno con un ladrón. Extraño mucho a alguien pero ya no se quien o como era y creo que he botado sus fotos pensando que no eran mías.

He despertado hoy en la camilla de un hospital, hay mucha gente muchos heridos y siento que me hace falta algo. Un joven me hablo esta mañana me pregunto mi nombre, dirección y otros, pero no he podido recordarlos, me dice que es el shock, pero yo le digo que creo haber estado así sin recordar las cosas por mucho tiempo aunque no estoy seguro, le pedí algo para anotar, y me trajo este cuaderno donde escribo ahora, tengo miedo ahora realmente no tengo recuerdos.

Han pasado algunos días, parece que hubo un gran terremoto que destruyo la paz del mundo o algo así, lo entendí pero ya no recuerdo con exactitud, muestran imágenes de una ciudad destruida, ciudad que no creo conocer, hablan de cientos de miles de muertos, espero, nadie conocido.

Hoy un policía me hablo de tres muertos que estaban en la casa de donde me rescataron, un hombre y dos mujeres, pero realmente no se quienes serían, yo solo recuerdo que vivía solo y que me mudaba muy seguido, como huyendo de algo y no se si tengo o tuve mujer o hijos, o alguien viviendo conmigo.

He visto a Pedro salir en una camilla muerto esta mañana, les dije que era mi hermano mayor, y que se había peleado con mi padre hace mucho, que estaba muerto por que se había suicidado. Me corrigieron al instante, era un muchacho llamado Enrique algo, había sido aplastado por una pared en el terremoto y estuvo en coma por dos semanas. Me resultó muy familiar y pedí asistir a la pequeña ceremonia en su nombre, el sacerdote y yo rezamos por él, no hubo otra persona que asistiera además de nosotros dos y nadie que llorase su muerte. Así que yo lo llore como si fuera el hijo que nunca tuve.

No se cuanto tiempo ha pasado desde que me trajeron a esta casa, y recién me devolvieron mi cuaderno, somos muchos ancianos, y las enfermeras me dicen “el bueno” por estar siempre sonriente y calmado, nadie sabe mi nombre, dicen que mi familia murió en el terremoto, junto con todos mis datos, ya nadie me habla, pues parece que no me entienden lo que digo, sobre mi cama acá hay una gotera pues todos los días amanezco mojado y en vez de ayudarme las enfermeras me riñen, yo no recuerdo haber tenido a nadie, pero anoche soñé con una mujer de ojos hermosos y se que los he amado, pues todavía los amo, y siento que los voy a ver pronto.

¡Siento mucho dolor! Grito, me duele el pecho… ¿Qué paso? de pronto todo dolor desaparece, y junto con ello mi eterno e infinito blanco. Acabo de recordarlo todo y… estoy muerto, he repasado mi vida en un segundo, y veo que tanto en el principio como en el final nunca nadie supo quien era realmente, ni siquiera yo mismo, pero eso no importa, no importa cual fue realmente mi nombre, o mis raíces o si tuve o no descendencia, pues aún así, soy feliz, estoy seguro de haber vivido una vida hermosa con mucho amor y paz, y aunque ahora nadie llora mi partir, no es por que nadie me amó sino que todos los que ame ya me esperan aquí, junto a ti, mi amor.